El derecho de expresión

Quiero denunciar desde este blog el ataque subterráneo que se está haciendo a este derecho fundamental. Tenemos la obligación de revelarnos con contundencia contra este ataque, no podemos permitir que el miedo a las consecuencias nos atenace y nos obligue a renunciar a poder expresarnos con libertad sin que por ello tengamos consecuencias. Nadie se atreverá a decirnos que no podamos expresarnos con libertad, pero algunos consiguen, con subterfugios, que muchos de nosotros tengamos muy interiorizada la seguridad de que si hablamos las consecuencias serán terribles.

No podemos permitir que en nuestro país y más particularmente en nuestra empresa, en la práctica acabemos renunciando a este derecho por miedo a las consecuencias. Ni nosotros mismos ni los que nos rodean podemos permitir que la amenaza de "puedes decir lo que quieras pero atente a las consecuencias" acabe provocando que nosotros mismos nos pongamos una cremallera en la boca. Como en la fotografía, lo que tenemos que hacer es abrir esa cremallera que ya tenemos puesta y empezar a expresarnos libremente. Creo que son más terribles las consecuencias que vivimos interiormente por la incapacidad de superar el miedo, que las que nos puedan venir por haber ejercido nuestro derecho a expresarnos libremente. Si todos y todas somos conscientes, si todos y todas consideramos este derecho irrenunciable, exijámoslo para nosotros mismos y para los que nos rodean.

Por otro lado, la legalidad nos ampara, y si no lo hace en la realidad del día a día tendremos que exigir cueste lo que cueste que lo haga. Además de lo que se establece sobre este tema en todas las Constituciones de los sistemas democráticos (el de nuestro país lo es), la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 19 establece que "todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión". La ley elimina las fronteras para nuestra libertad de expresión, porqué entonces hay quien se atreve a ponérnoslas, porqué acabamos poniéndolas nosotros mismos y para nosotros, porqué permitimos que el miedo nos las ponga.

Os preguntareis a que viene todo esto ahora. Pues viene a que en el día de hoy un compañero, en referencia a la contratación de familiares, ha escrito un comentario en este blog que dice " ...la única forma de que no tomen represalias, es decirlo de forma anonima, porque si digo el parador entonces solo falta que me crucifiquen,.." ¿Es este el sentir general del personal de Paradores? ¿De verdad estamos tan acojonados que no somos capaces ni de decir lo que sentimos y lo que pensamos?

Superemos el miedo compañeros y compañeras, conseguiremos solucionar con más facilidad los problemas laborales que tenemos y, sobretodo, SEREMOS MÁS FELICES.

Lo que canta este mexicano es lo que debemos reivindicar también para nosotros. Como él dice, estamos en el siglo XXI y no debemos consentir ir hacia atrás, tampoco en nuestra empresa.