Habitación con vistas

Las palabras escritas por “El Huésped”  en el último Par en Par no solo no me convencieron sino que me produjeron una sensación muy extraña. Lo tuve que leer varias veces, muy despacito y en momentos distintos para comprobar si esa sensación era provocada por el texto escrito o por mi estado de ánimo. Al final llegué a la conclusión de que no fue mi estado de ánimo sino el propio texto lo que me provocó esa sensación de mal estar. Si con cosas como esta se pretende conseguir una reacción positiva en el personal de esta empresa creo que se está cometiendo un gravísimo error. Es posible que esté equivocado, esta si es una frase mía, pero no creo que “una habitación con vistas” sea la mejor forma de comunicarnos a los trabajadores y trabajadoras de esta empresa lo que pretende la dirección y mucho menos en los términos que se hace.

Aquí todos tenemos que mover ficha, pero los primeros movimientos que se hicieron por una de las partes no creo que sean los más adecuados. La forma en la que se está trasladando al personal la necesidad de recortar, ajustar, controlar y cual tiene que ser nuestro libro de cabecera solo puede provocar cabreo o en algunos casos miedo. Ninguna de estas dos situaciones beneficia en lo más mínimo a esta empresa. El cabreo producirá una situación de rechazo absoluto y el miedo, como dice un amigo de Paradores, “no es bueno en ningún ámbito de la vida, el miedo enferma y los seres humanos enfermos no servimos para casi nada”.

Los más conscientes de la situación que está atravesando nuestra casa somos los trabajadores y trabajadoras que la conocemos mejor que nadie y que sufrimos más que nadie las consecuencias, con un convenio bloqueado desde hace dos años, cobrando menos cada año por los efectos en la prima de producción, sin posibilidades de promoción profesional por los incumplimientos en el proceso de habilitación, sin poder disfrutar de un plan de pensiones acordado en el convenio y bloqueado, sin el plan de igualdad que nos corresponde, sin posibilidades de incorporarnos de una excedencia voluntaria en condiciones normales, con nuestro Parador pidiendo a gritos obras de acondicionamiento urgente que nunca llegan,  etc. etc. etc…. Que nadie nos cuente milongas, la gran mayoría del personal de esta casa hace mucho tiempo que nos hemos puesto en marcha, que estamos arrimando el hombro y renunciando a muchas cosas que nos corresponden; si otros lo hubiesen hecho en la misma medida otro gallo nos cantaría. Por eso ahora es a esos otros a los que les toca demostrar con hechos que realmente están dispuestos a arrimar el hombro y renunciar. Los trabajadores y trabajadoras del Parador del que se habla en “una habitación con vistas” no creo que sean ningún ejemplo, yo lo califico con otro nombre que prefiero guardarme, un ejemplo  somos los que llevamos aguantando carros y carretas aunque no lo rubriquemos en ningún documento.

La valía de los profesionales de esta casa está más que demostrada a lo largo de sus muchos años de historia. Hemos pasado y superado tiempos muy difíciles y lo seguiremos haciendo. Nuestra profesionalidad nadie puede ponerla en duda y gracias a ella Paradores es lo que es. Nuestra profesionalidad consigue que, a pesar de los pesares (todo el personal de esta casa sabe cuales son esos pesares), la gran mayoría de los clientes que visitan nuestros Paradores salgan satisfechos y con ganas de volver.

Los trabajadores y trabajadoras somos los primeros y los más interesados en que Paradores salga adelante y siga cumpliendo la misión para la que fue creada. Para muchos de nosotros esto es algo más que una empresa, además de ser nuestro medio de vida es nuestra casa y queremos PARTICIPAR activamente para sacarla adelante. Repito, PARTICIPAR, que no es lo mismo que ACEPTAR ¿Se me entiende?

Me lo pensé mucho antes de decidirme a colgar esto en este blog por si se mal interpreta, pero finalmente he decidido correr ese riesgo. Me gustaría publicarlo en el mismo medio en el que publicó su artículo “El Huésped” pero como no creo que sea posible, utilizo El Comedor de Familia, donde al mismo tiempo cualquiera puede participar con sus opiniones y así poder aclarar cualquier mala interpretación.